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Crónicas de la Gran Familia

 

por César Lezama

 

La ciudad de Mariendam era un lugar muy agradable para vivir, y eso Carla Verland lo sabía muy bien. Era el único lugar en que la Gran Familia podía establecerse con un mínimo de comodidad. La influencia de la Sinarquía de los Misterios no se sentía aquí tan fuertemente como en otras partes de Danae. Mariendam era el mayor puerto de Danae, barcos llegaban allí todos los días provenientes de los lugares más exóticos, y la primera imprenta de Danae estaba en Mariendam. Todo esto se sumaba para crear una gran urbe ilustrada, refugio para intelectuales y artistas.

 

El regente de la ciudad nunca antagonizaba muy abiertamente a la Sinarquía. El poder de los Magos Sinarcas no debía ser subestimado. Pero el Príncipe ponía a veces sutiles trabas a los Sinarcas, lo que hacía que en Mariendam no se produjeran persecuciones tan virulentas contra los "herejes" que desafiaban el poder de la Sinarquía.

 

Por supuesto, todo el mundo luchaba por mantener a Mariendam como la ciudad próspera y cosmopolita que tanto les agradaba. Si algunos filósofos y pensadores tenían ideas poco halagüeñas de la Sinarquía, no las gritaban en la plaza pública. Por regla general, el Príncipe permitía un juicio a un hereje cada década... para mantener tranquilos a los Jueces Sinarcas. Y, en toda Mariendam, ninguno luchaba más denodadamente por mantener un bajo perfil que la Gran Familia.

 

Xavier Verland, el Tío Xavier, era el actual Custodio. Conservaba al día los registros de la Gran Familia. Los registros estaban en el Alto Lenguaje que los hijos de la Familia (los que podían) aprendían desde la infancia, y que nadie conocía fuera de la Familia. Los Dones de Xavier eran fuertes, pero había sido marcado como Imperfecto y le estaba prohibido tener descendencia. Sufría de una enfermedad que lo hacía propenso a las hemorragias. La más leve herida podía ser mortal para él, y por eso llevaba siempre unas compresas impregnadas en una medicina que detenía el sangrado. Era una enfermedad común en la Gran Familia... como lo eran muchas otras.

 

Carla era la única niña de su generación que no había sido declarada Imperfecta. Según el Tío Stefan, el médico de la Familia, era una jovencita tan saludable como podía esperarse. Y sus Dones, comprobados por la Tía Carcelen, estaban bastante desarrollados ("como los de Anne", le había dicho Carcelen a Stefan cuando pensaba que Carla no estaba escuchando. "¡El experimento funciona!").

 

Carla sabía quién era Anne, y ahora (mucho tiempo después de haber escuchado esa conversación en particular) sabía de qué se trataba el experimento.

 

Anne Verland (quien en vida fuera Elizabeth Sperling) era su madre, juzgada y condenada a muerte por un tribunal Sinárquico hacía unos diez años. Era importante que nadie supiera que Carla y sus hermanos eran Sperlings, y por eso habían cambiado sus apellidos por Verland, y habían huido rápidamente a Mariendam, donde los padres de Stefan se habían establecido unas tres décadas atrás.

 

Pero se llamaran Verland, Sperling, Desmond o Weatheral (otros apellidos frecuentemente usados), todos eran miembros de la Gran Familia. Todos seguían celosamente las Tradiciones. Y Mariendam, una ciudad en la que los tribunales Sinárquicos tenían poco o ningún poder para molestar a aquellos que no se ajustaban a las normas establecidas, había sido el sueño dorado de la Gran Familia por generaciones.

 

Tal vez aquí el experimento pudiera ser llevado hasta su culminación.

 

-Carla -había dicho el Tío Xavier-, estamos ya muy cerca. Mataron a tu madre porque se acercó demasiado. Y creo que ahora es momento de seguir sus pasos.

 

(12-09-1996)

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